La vida tiene una manera maravillosa de cuidarnos. El único equilibrio que necesitamos establecer es entre la actividad y la inactividad, entre la mente y la no mente, entre dar y permitirnos recibir. Si realmente creemos, y nos atrevemos a probar las prácticas de la Alquimia Interior, llegaremos a darnos cuenta que nada es imposible. Mediante la participación y la asociación con las fuerzas de la Luz todo es posible.
En esta asociación se encuentra todo lo que necesitamos por dentro y por fuera. Encontramos nuestra totalidad o unidad en las dimensiones verticales del ser y no horizontalmente "ahí afuera". Cuando se sienta todo en uno; eso es MAESTRÍA. Ahora ya está listo para jugar, para aplicarla a su vida.
El ritmo de la vida está en el equilibrio entre la actividad en el mundo, o dar, y el retirarse hacia los reinos interiores, o recibir el sustento divino. Al vivir de esta manera, en armonía con su YO, la Vida se ocupa de usted. Esto significa que su ser superior tiene la capacidad de actuar a través suyo, guiarlo, dirigirlo y utilizarlo para que atraiga directamente lo que le hace falta. Automáticamente se crea un espacio para sus relaciones. Para las correctas.
Entrar en el camino de la Alquimia Interior significa desidentificarse conscientemente del punto de vista materialista e incorporar el pensamiento multidimensional. Preguntas como "¿Cuándo llegaré a…?" ó "¿Cómo será….?" O "¿Cómo podré…?", desaparecen. Entendemos que el miedo le da vida u forma a estos pensamientos y que la confianza en unión con el pensamiento y la acción creativa correcta, es lo que realmente modela nuestras vidas.
Al igual que el planeta (y toda conciencia que sobre Él existe), que se está moviendo mediante las iniciaciones del corazón, nosotros venimos a integrar las frecuencias vibratoria inferiores y superiores, las filosofías orientales y occidentales, las influencias cósmicas y planetarias. Y al expandirse el corazón dentro de cada uno de nosotros, empezamos no sólo a ver y comprender mejor sino que empezamos a amar más y mejor. Y aquí, permítanme algunas palabras de advertencia.
Las condiciones alrededor suyo le afectarán mucho, sobre todo el sufrimiento. Su atención se volverá mucho más aguzada en cada acto, pensamiento y sentimiento. Verá y sentirá muchísimo más. Le elección entre lo humano y lo divino se convertirá en una constante. Verá la oscuridad o verá la Luz.
Cuando vea el sufrimiento, sentirá y percibirá esa parte suya y de su humanidad que sigue identificada con los antiguos valores de un mundo agonizante: sean las cadenas orientales del karma o la ética de la culpabilidad de la tradición judeo-cristiana. Entonces vivirá a través de esa calificación. Por ejemplo, cuando vea y sienta el sufrimiento, una parte de su mente estará calificando esa energía con pesadez. Se pondrá a pensar:"Pobrecito…!" Y estará proyectando ese peso hacia la persona por la cual lo siente. En lugar de aligerar su carga la estará haciendo más pesada
En cambio, si al mirar a esa persona que, por motivos incomprensibles para usted (puede ser compensaciones de vidas pasadas, o lecciones, o simples condiciones a través de las cuales esa persona puede llegar a otros y enseñarles), se encuentra en ese estado "desafortunado", le ve el ser de luz que lleva dentro, estará proyectándose esa Luz, esa belleza, que servirá para alentarlo. Quizás podrá elegir hacer algo para ayudarlo físicamente pero que no sea por complejo de culpa o por miedo - motivaciones comunes tras toda caridad - sino por su propia abundancia y positivismo.
por MARIA ELENA SYRO P
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